Abogado separaciones y divorcios Valdepeñas

Derecho civil

Separaciones y divorcios

Hace algún tiempo, el requisito previo para iniciar el proceso de disolución definitiva del matrimonio era la separación. Hoy en día, para llevar a cabo el divorcio no es necesario que los cónyuges que desean terminar el matrimonio hayan pasado por un período de separación. Dicho esto, resulta evidente que separación y divorcio son conceptos diferentes, aunque con muchas similitudes.

Separaciones y divorcios

¿Qué diferencia hay entre separación y divorcio?

 

Generalmente, el proceso de ruptura de una relación de pareja se convierte en un cúmulo de situaciones dolorosas e incómodas, las cuales pueden traer consigo consecuencias psicológicas, en algunos casos, difíciles de superar. A pesar de esto, cuando la unión de la pareja es producto del matrimonio, la ruptura tendrá repercusiones legales, las cuales están debidamente expuestas en el Código Civil.

Una pareja puede decidir, de facto, llevar a cabo la separación, lo cual representaría únicamente la suspensión de la convivencia diaria. Al no tener un soporte legal, pues la figura de la separación es una figura concebida en el código civil, no conllevaría las consecuencias legales que se derivan de una separación formal.

Esto se refiere, por ejemplo, al reparto de bienes comunes del matrimonio, la guarda y custodia de los hijos menores de edad, de los ingresos familiares, etc.

Aunque guarde cierta relación con el divorcio, la separación no es más que el cese temporal de la relación de convivencia en el matrimonio, la cual se hace de manera formal cuando las partes desean atravesar un proceso de evaluación de la relación, en algunos casos para determinar si existe posibilidad de reconciliación.

Separación de hecho

La separación de hecho se trata de la decisión de separarse, de concluir la vida en convivencia como pareja unida legalmente en matrimonio. Esto quiere decir, en consecuencia, que la separación carece de legalidad y, por lo tanto, ante la ley el matrimonio se mantiene vigente.

Cuando se pone en práctica una separación de hecho, en caso de necesitar reclamar a una de las partes el cumplimiento de las obligaciones que se desprenden de una separación cuando existen hijos en común, como por ejemplo la guarda y custodia, el deber de patria potestad, el régimen de visitas, la pensión alimenticia, etc. Dichas reclamaciones no proceden, pues en este caso la separación no se realizó dentro del marco legal.

Separación matrimonial legal

En resumen, para divorciarse no es necesario haber pasado por el proceso de separación. Pero, por otra parte, la separación formal presentada ante el registro civil se realiza con la intención de contar con respaldo legal, de manera que cada parte cumpla con las obligaciones que se derivan de una ruptura, sobre todo cuando existen hijos de por medio.

Cabe destacar que este tipo de separación puede concluir tanto en el divorcio como en la reconciliación, siendo el divorcio el cese definitivo del matrimonio, pudiendo ambas partes contraer matrimonio nuevamente con otras personas e incluso entre sí.

Independientemente del régimen bajo el cual se llevó a cabo el matrimonio, durante una separación se impondrá el régimen de separación de bienes. Esto quiere decir que, a diferencia del régimen de gananciales, los bienes obtenidos por cada parte durante la separación serán propiedad de cada quien por separado.

En conclusión, la separación legal puede considerarse como un tiempo prudencial durante el cual la pareja, a pesar de ya no tener convivencia, decide mantenerse en relación de matrimonio, pero con la posibilidad bien de reconciliación o de poner fin al matrimonio.

El divorcio

Regulado en el artículo 90 y artículos sucesivos del Código Civil,  la diferencia esencial entre el divorcio y la separación está determinada por el carácter definitivo de este. Tras pasar por el proceso de separación o no, los cónyuges pueden interponer demanda de divorcio y poner fin al matrimonio de manera legal.

Al poner fin al matrimonio, se deben determinar las responsabilidades que corresponden a cada parte, al igual que el reparto de bienes, en el caso del régimen de gananciales. Por otra parte, cuando se tienen hijos, el juez determina la guarda y custodia, así como las pensiones alimenticias y de cualquier otro tipo que aplique.

Dependiendo de la voluntad de cada una de las partes, el divorcio puede ser de mutuo acuerdo, que representa la modalidad más rápida y económica. Por otra parte, cuando no hay consenso entre las partes, el divorcio se considera de tipo contencioso.

 

¿Cuánto tiempo tarda un divorcio de mutuo acuerdo?

 

Tras llegar a la determinación de acabar definitivamente con el matrimonio, en esencia pueden darse dos tipos de escenarios.

En uno de los escenarios, en el cual ambos cónyuges están de acuerdo con el divorcio, demostrando conducta pacífica y conciliatoria, normalmente se puede llevar a cabo un proceso de divorcio de mutuo acuerdo, el cual resulta ser el que transcurre con mayor rapidez y tranquilidad para las partes, además de representar la modalidad más económica en cuanto a los costes.

En este caso, las decisiones y determinación de responsabilidades se resuelven de forma mucho más ágil, sin mayores complicaciones.

En el segundo escenario, en el que una de las partes no está de acuerdo con la disolución del matrimonio y el clima general es de conflictividad, las cosas se tornan complicadas, ya que luego de interpuesta la demanda de divorcio cada uno de los cónyuges debe contratar su propio abogado y procurador, duplicando los gastos, además de ser el juez quien determine los acuerdos dadas las condiciones que cada parte exija.

Divorcio contencioso

Según lo expuesto en el Código Civil, una demanda de divorcio puede ser interpuesta unilateralmente y, a pesar de ser una de las partes la que expresa la intención de poner fin al matrimonio, la otra parte no podrá oponerse. Esto, además de significar que el divorcio es ineludible, también debe notarse que cuando no existe mutuo acuerdo, el proceso se conoce como contencioso.

Tal como se explica en líneas anteriores, cuando no existe mutuo acuerdo de las partes, el proceso de divorcio suele tornarse mucho más complicado. De hecho, al no haber consenso, al contrario de lo que sucede en los casos de mutuo acuerdo, los gastos del divorcio son más elevados, debiendo presentarse cada parte con su propio abogado y procurador.

En una situación de divorcio contencioso puede darse la oportunidad en la que en medio del proceso las partes lleguen a un acuerdo, dando lugar a una nueva situación conocida como divorcio de mutuo acuerdo. Siempre es mucho más recomendable que el proceso se haga de mutuo acuerdo, pues los tiempos de resolución son mucho más cortos, además de que de no haber acuerdo las decisiones las tomará un juez.

Divorcio de mutuo acuerdo

Se trata de la forma más rápida y sencilla de llevar a cabo la disolución matrimonial. En este caso ambos cónyuges están de acuerdo con poner fin a la vida conyugal. Comúnmente se le conoce como divorcio exprés, dada su rapidez y bajo coste. Con respecto a esto último, cabe destacar que se trata de una solución más económica debido a que las partes pueden ser representadas por el mismo procurador y abogado.

Para dar inicio al proceso, primero se debe cumplir con el requisito mínimo exigido en el Código Civil, que especifica que el matrimonio debió haberse celebrado al menos tres meses antes de interponer la demanda de divorcio. Luego, ambas partes deben haber llegado a un acuerdo entre sí, el cual ambos se comprometen a cumplir voluntariamente.

A continuación, se debe presentar la demanda de divorcio ante el juzgado. Dicha demanda debe ir firmada por ambas partes, y bien por una de las dos, siempre que esta última cuente con el consentimiento de la primera. Además, el documento debe estar firmado tanto por el abogado como por el procurador, e incluir, en caso de tener hijos menores de edad, una serie de documentos probatorios de la existencia e identidad de éstos.

Finalmente, los cónyuges serán citados para confirmar la decisión de poner fin al matrimonio, de esta forma quedará registrado formalmente ante el registro civil. Cabe destacar que durante un proceso de mutuo acuerdo puede darse la situación en la que las partes no se encuentren satisfechas con las condiciones del acuerdo, teniendo como consecuencia la transformación del proceso a uno de tipo contencioso.

 
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