Los accidentes de tráfico tienen diferentes causas, las cuales se pueden encontrar claramente tipificadas en las leyes. Lógicamente, dependiendo de dichas causas, e incluso de las consecuencias del siniestro, los accidentes de tráfico pueden conllevar tanto responsabilidad civil como responsabilidad penal. Dependiendo del caso, la sanción puede implicar pagos de indemnizaciones o incluso pena de cárcel.
Los accidentes de tráfico por lo general producen daños materiales, al igual que daños físicos a las personas.
Puede decirse que los accidentes de tráfico se diferencian en dos tipos, aquellos que según lo estipulado en la ley pueden resolverse apelando a la responsabilidad civil, pues se trata de accidentes de tráfico de gravedad menor, en cuyo caso el causante se verá en la obligación de pagar una indemnización al o los agraviados.
Según lo extraído del artículo 1902 del código civil español, todo aquel que produce daños por acción u omisión está en la obligación de repararlos, lo que para efectos de accidentes de tráfico significa que quienes los ocasionan adquieren el deber de reparar los daños.
Sin embargo, en el segundo caso, cuando un accidente de tráfico implica una serie de atenuantes, como por ejemplo conducir bajos los efectos del alcohol, cometer un homicidio como causa del siniestro, lesiones graves, etc., el accidente puede ser catalogado como delito y, por consiguiente, tener consecuencias penales.
Esta es una de las categorías en las cuales se considera que un accidente de tráfico tendrá implicaciones penales, es decir, que se consideran delito. Según lo expuesto en el artículo 142 del código penal, un homicidio imprudente puede causarse por negligencia, lo cual, dependiendo de la gravedad, tiene distintos tipos de penalización.
Si el homicidio imprudente se causara por negligencia grave mientras se conduce un vehículo automotor o ciclomotor, la consecuencia sería una pena en prisión de uno a cuatro años. Además de dicha pena, también se ordenará la suspensión del permiso de conducir vehículos automotores y ciclomotores.
Entre otro de los casos de homicidio imprudente en accidentes de tráfico, la ley contempla que cuando el homicidio se produce por causas menos graves, la pena de multa puede variar entre tres a dieciocho meses. Al igual que en el caso de negligencia grave, un homicidio por negligencia menos grave puede tener como pena la suspensión del permiso de conducir, en este caso por un período de tres a dieciocho meses.
Según lo que puede inferirse de lo establecido en el artículo 152 del código penal, cuando en un accidente de tráfico se producen lesiones graves por negligencia, se considera un delito, el cual puede ser penado con prisión de tres a seis meses o multa de seis a dieciocho meses. Todo dependerá de la gravedad de la o las lesiones.
Si se tratase de lesiones que comprometen la integridad física o mental de la víctima, la sanción conllevará pena de prisión de tres meses a tres años, o multa de seis a doce meses.
La pena de prisión se aplicará de uno a tres años cuando las lesiones impliquen la pérdida de extremidades, pérdida de las funciones de órganos, enfermedades graves somáticas o psíquicas, deformidades, impotencia, esterilidad o la pérdida de uno o varios sentidos.
En un accidente de tráfico en el que se incurre en la omisión del deber de socorro se considera delito. De acuerdo con el artículo 195 del código penal, las personas implicadas en un accidente de tráfico, cuyas posibilidades le permitan brindar socorro a los afectados durante el siniestro, están en la obligación de prestar dicha ayuda, siempre que no represente un riesgo para su integridad o la integridad de terceras personas.
Los principales delitos a la seguridad vial incluyen: